Todo estaba quieto y en silencio; había una oración en mi corazón. Me preguntaba
“En otras tierras más allá de estas colinas, más allá de mi pequeño mundo
¿Cómo puedo llevar tu mensaje, e irradiar tu luz?”
Luego vinieron los vientos y la lluvia torrencial, y fui arrastrado,
Y tu voz tranquila hablaba en mi corazón, “Sólo tienes que seguir... yo te mostraré el camino.”
Un camino que se abre hoy bajo mis pies y se extiende más allá de mi vista,
Y no conocía los días, los años, o lo que habría por delante.
Un arroyo que desciende de una montaña elevada, flores, espinas, un viaje sin fin.
En cada paso que daba te tuve allí a mi lado.
Entonces llegó el día, cuando él te llamó por tu nombre, y te guiaron a su lado.
Y oí una voz que hablaba en mi corazón.
No te quedes ahí mirando el cielo, no dejes pasar estos momentos,
Un mundo hambriento y cansado te está esperando.
La ruta es larga pero no tengas miedo, levántate. Ponte de pie y seca tus lágrimas,
Voy a estar aquí a tu lado. Siempre.
Aunque el camino era largo perseveramos, seguimos tus pasos.
Nos enseñaste cómo encontrar nuestro camino, y la forma de escuchar tu voz.
Pero el día fue pasando y el sol comenzaba a esconderse.
Y estábamos cansados y tuvimos miedo a la noche que se asomaba...
Luego vino la tormenta, estábamos todos solos. Tú parecías tan lejos.
Y no sabíamos a quién acudir...
Y Tomás dijo: “¿Cómo podemos saber el camino?
No sabemos adónde vas. ¿No te quedas?
¿Cómo puedo llevar tu mensaje, e irradiar tu luz?”
Luego vinieron los vientos y la lluvia torrencial, y fui arrastrado,
Y tu voz tranquila hablaba en mi corazón, “Sólo tienes que seguir... yo te mostraré el camino.”
Un camino que se abre hoy bajo mis pies y se extiende más allá de mi vista,
Y no conocía los días, los años, o lo que habría por delante.
Un arroyo que desciende de una montaña elevada, flores, espinas, un viaje sin fin.
En cada paso que daba te tuve allí a mi lado.
Entonces llegó el día, cuando él te llamó por tu nombre, y te guiaron a su lado.
Y oí una voz que hablaba en mi corazón.
No te quedes ahí mirando el cielo, no dejes pasar estos momentos,
Un mundo hambriento y cansado te está esperando.
La ruta es larga pero no tengas miedo, levántate. Ponte de pie y seca tus lágrimas,
Voy a estar aquí a tu lado. Siempre.
Aunque el camino era largo perseveramos, seguimos tus pasos.
Nos enseñaste cómo encontrar nuestro camino, y la forma de escuchar tu voz.
Pero el día fue pasando y el sol comenzaba a esconderse.
Y estábamos cansados y tuvimos miedo a la noche que se asomaba...
Luego vino la tormenta, estábamos todos solos. Tú parecías tan lejos.
Y no sabíamos a quién acudir...
Y Tomás dijo: “¿Cómo podemos saber el camino?
No sabemos adónde vas. ¿No te quedas?
¿Acaso no ves? Es demasiado para mí...”
“No tengas miedo. Ya conoces el camino.”
No te quedes ahí mirando el cielo, no dejes pasar estos momentos,
Un mundo hambriento y cansado te está esperando.
La ruta es larga pero no tengas miedo, levántate. Ponte de pie y seca tus lágrimas,
Voy a estar aquí a tu lado.
Voy a estar aquí a tu lado. Tú conoces el camino.
“No tengas miedo. Ya conoces el camino.”
No te quedes ahí mirando el cielo, no dejes pasar estos momentos,
Un mundo hambriento y cansado te está esperando.
La ruta es larga pero no tengas miedo, levántate. Ponte de pie y seca tus lágrimas,
Voy a estar aquí a tu lado.
Voy a estar aquí a tu lado. Tú conoces el camino.
0 comentarios:
Publicar un comentario