miércoles, 27 de noviembre de 2013 0 comentarios

CALASANZ, PATRÓN DE LOS EDUCADORES

Celebramos estos días a Calasanz como patrón de los maestros, profesores, educadores, catequistas, monitores cristianos... Celebramos al hombre que tuvo la valentía suficiente para comprometerse por la creación de un mundo mejor a través de la educación integral de los niños, especialmente de los más pobres. Celebramos el nacimiento de la primera (sí, la primera) escuela pública, para todos, y gratuita. 
Después vendrán otros que seguirán en esta línea, profundizando sobre esta intuición, sobre la metodología, especializándose y diversificando... pero todo tiene un principio: Calasanz. 
Pienso en estos días en las reformas educativas, aquí en Bolivia también tenemos de eso. Y mirándolas pienso que a cual más pésima, que cómo es posible que estén tan alejadas de lo que realmente necesita la escuela, los niños y los maestros. Ideología es lo que venden, en forma de ley de educación. Pero nadie se atreve a alzar la voz, por este pudor de señalarse, de presentarse contrario frente a las corrientes falsamente progresistas que están inundando nuestro planeta, pero que en el fondo es una forma de totalitarismo encubierto: la dictadura del progreso, del adelante pese a quien le pese, dejando atrás a quien no pueda seguir el paso. ¿Y mientras? miles de niños no aprenden, no se forman, abandonan tradiciones y valores ancestrales como el respeto, el trabajo, la responsabilidad, la verdad, lo absoluto... y el postmodernismo impera por todos lados. 
¿Hacia dónde caminamos? Hacia un nuevo amanecer, hacia el nacimiento de un nuevo Calasanz, cada vez más encarnado, cada vez más centrado en las necesidades del niño y de lo que puede aportar al mundo con su vida y sus valores. Es por eso, escolapios, que no nos dejemos vencer por el desánimo. Seamos creativos y capaces de encarnar en nuestro contexto, en nuestra tierra, esos valores calasancios tan de siempre. Hagamos vida nuestra propia ideología: centrada en lo mejor para los niños y jóvenes y para la mejora de la vida de las  personas, especialmente los pobres y los que no tienen nada. Porque hoy, como en Roma en 1597, nadie está ocupando este lugar. Nadie trabajará por nosotros.
jueves, 14 de noviembre de 2013 0 comentarios

MANOS ABIERTAS

Desde que llegué me sorprendieron mucho las manos de la gente. Unas manos muy distintas a las que he contemplado hasta ahora. Son unas manos trabajadas, pero dispuestas siempre.
Las manos de los varones son unas manos encallecidas, arrugadas, ásperas. Unas manos de anciano aunque la persona a quien pertenezcan tenga pocos años. Unas manos en las que los dedos están un poco deformados de tal forma que, al estender la mano, se convierte en un pequeño recipiente. No estira más. Son manos que se han forjado en el trabajo, agarrando herramientas que van arrancando de la tierra los productos, papas, con los que van subsistiendo. 
Las manos de las mujeres están pulidas. Deformadas al igual, esta vez se unen al trabajo con las herramientas del campo las tareas de limpieza. Agua, detergentes, estas manos se han ido puliendo al compás de la limpieza de ropa y utensilios de cocina. Manos en donde no se perciben ni siquiera las líneas de la providencia. 
¿Cómo me he dado cuenta de ello? De nuevo en la eucaristía. Al repartir la comunión, al compartir el cuerpo de Jesús con mis hermanos, me encuentro con estas manos, manos de creyentes, de trabajadores incansables. Manos que acogen, con humildad, al Salvador, manos que acarician con ternura, a pesar de su aspereza. Manos que se entregan al Señor. Recuerdo la letra de una canción con la que rezo hoy, las manos de Dios:

Saberme y sentirme en tus manos,
manos que saben dónde van,
manos que sienten lo que vivo,
manos que acogen sin juzgar.
miércoles, 13 de noviembre de 2013 2 comentarios

"NO SOY FELIZ"...

Los que me conocen saben que me gusta ir haciendo una lectura creyente de la realidad. Me gusta ir rezando con lo cotidiano y poner delante de Dios lo que voy viviendo y las experiencias que voy teniendo. Por eso, la eucaristía es un momento en el que me siento profundamente en conexión con Dios, a través de su Palabra y de la realidad cotidiana. En muchas ocasiones me he visto sorprendido por la Palabra que, "casualmente", ilumina la realidad de forma increíble. Ayer viví uno de estos momentos, de forma sorprendente e inesperada. Celebrando la eucaristía con los niños y niñas de 4º de primaria del "Stefano Hotellier", celebrando que algunos ya han hecho su primera comunión y, para evitar que sea la última, compartimos entre todos la homilía. Los niños siempre dicen cosas interesantes y profundas, sobre todo ante el pasaje del Evangelio en el que Jesús pone a los niños en el centro y dice que son los más importantes en el Reino de los Cielos. Ante los piropos que les estaba echando, una niña, muy seria y mirándome directamente a los ojos me dijo: "yo no soy feliz". Llevado por el momento, le pregunté en que consistía su infelicidad. Pensé que estaría enfadada con alguna amiga, le iría mal en clase, habría ocurrido alguna desgracia en casa... Pero ante mis preguntas, un poco disimuladas, porque todos los demás estaban escuchando, la niña insistía con la misma frase: "no, no soy feliz". 
Cuando terminó la celebración la busqué y le pregunté, sin mucho éxito. Me dejo plantado y no respondió a mis preguntas. Finalmente lo supe: una situación familiar muy, muy difícil. Esta niña, de apenas 7 años, no es feliz por eso.
Evitado emitir ningún juicio, me toca enormemente el corazón. ¿Cómo es posible? Fue un jarro de agua fría que me hizo poner los pies en la tierra y descubrir al tristeza de los niños, la infelicidad en la que muchas veces viven. Algunos adultos expresan en voz alta: "ojalá volviera a ser niño, porque ellos no tienen problemas". Y yo me pregunto: ¿es eso cierto? Porque si lo fuese, no existiría una niña que te dice directamente, sosteniendo tu mirada: "no soy feliz".
domingo, 10 de noviembre de 2013 0 comentarios

"MISEANDO"

Una de las cosas que más estoy haciendo en Bolivia es celebrar la eucaristía. En este país faltan sacerdotes, (y en cuál no), y eso que aquí las parroquias abarcan un mayor territorio. En la ciudad una parroquia puede contener dos y tres barrios, y en el campo ni te cuento. En el campo hay comunidades en donde el sacerdote solo va una vez al año... Se trata de solucionar un poco este problema con unas capillas, lugares en donde, sin ser parroquia, se celebra la eucaristía ocasionalmente y en donde la comunidad se puede reunir para rezar y tener la catequesis. En Cochabamba, los escolapios llevamos la parroquia "San Rafael" que además tiene dos capillas: la capellanía de la iglesia de las religiosas de Jesús-María y la capilla del Carmen, frente a la universidad San Simón. Yo soy el capellán de la capilla del Carmen. 
Todos los domingos celebramos la eucaristía en el Carmen, rodeados de los vecinos y ciertamente, pocos jóvenes. Vamos poco a poco.
De esta forma, cada domingo celebro en la capilla del Carmen a las 09.00 de la mañana, para después caminar a la parroquia S. Rafael, estar un poco con los jóvenes de confirmación y concelebrar en misa de 11.00 en la parroquia. Sin embargo, este domingo ha sido diferente. Unas religiosas me pidieron que las visitase y celebrásemos juntos la eucaristía en ámbito de un retiro comunitario por la mañana y por la tarde, otras religiosas me pidieron que celebrarse la eucaristía de acción de gracias de la promoción saliente del colegio. Eso hice, y cada eucaristía distinta, por el ambiente y por mi propia vivencia personal. Reflexionando sobre mi día "misero", me queda una sensación de lo mucho que necesita la gente celebrar juntos, además de compartir la fe con otros. Aquí la figura del sacerdote es fundamental, sobre todo de un sacerdote que sea para y por la comunidad. Ojalá el Señor enviase más obreros a esta mies. Se necesitan sacerdotes, jóvenes, profundamente creyentes y dedicados a la comunidad. Trabajadores por un mundo distinto y más profundo. Ojalá tú, que lees esto, te sientas cuestionado. ¿No? yo tampoco quería ser cura al principio... pero la llamada de Dios, muchas veces gritada desde realidades muy concretas me hizo ir descubriendo que podía hacer algo más, algo por las personas. ¿Te animas?
viernes, 8 de noviembre de 2013 0 comentarios

TALLER DIVERSIDAD CULTURAL

Bolivia es considerada como un "estado plurinacional", esto es, que dentro del estado boliviano se reconocen varias nacionalidades. Es por tanto una realidad poliédrica, como diría un amigo mío. Con muchos lados, vamos. Es necesario conocer esta realidad que finalmente hace que cada persona tenga unas características únicas y distintas. Esto también se nota en la religiosidad. Movidos por esta inquietud, la CBR (conferencia boliviana de religiosos) ha convocado un taller en donde pensar entre todos cómo estamos viviendo esta realidad del país, sobre todo aplicada a nuestra vida comunitaria y a los jóvenes que acompañamos.
Ha sido un encuentro muy interesante en donde unos 40 religiosos y religiosas hemos reflexionado sobre el tema acompañados por Enrique Jordá sj, especialista en culturas andinas, y los miembros del equipo de formación de la CBR nacional. Un encuentro muy provechoso según la opinión de todos los asistentes, tanto en lo expuesto como en lo reflexionado en los grupos. ¿Iremos caminando hacia una mayor multiculturalidad mundial? parece que sí. La clave está en compartir, cada uno desde su propia cultura y abrirse a los otros. Un pensamiento muy evangélico, por otro lado.
 
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